Durante una ceremonia celebrada el domingo en la capital ruandesa de Kigali, el ministro argelino de Asuntos Exteriores, Ahmed Attaf, ha denunciado que Israel convirtió a la Franja de Gaza “de una prisión masiva a una fosa común”.
El canciller de Argelia arribó el viernes último a Ruanda para participar en los actos conmemorativos por el aniversario 30 del genocidio perpetrado entre abril y julio de 1994 por extremistas del grupo étnico hutu, en un intento de exterminio de la población minoritaria tutsi.
Según estimaciones, alrededor de 800 000 personas murieron en una masacre de 100 días que ha acarreado durante años críticas a la comunidad internacional, y en particular contra el gobierno de Francia, por no hacer lo suficiente para evitar la matanza colectiva.
Israel desató una guerra genocida contra Gaza como represalia por el fracaso sufrido durante la operación Tormenta de Al-Aqsa, ejecutada el 7 de octubre por el Movimiento de Resistencia Islámica de Palestina (HAMAS) contra objetivos israelíes en los territorios ocupados, en respuesta a décadas de crímenes de la entidad sionista contra el pueblo palestino.
Los indiscriminados bombardeos y la ofensiva terrestre del régimen de Tel Aviv contra el sitiado enclave palestino han dejado un saldo fatal de al menos 33 207 muertos, la mayoría de ellos mujeres y niños, y cerca de 76 000 heridos, mientras que miles de personas permanecen desaparecidas bajo los escombros.
Ante este escenario, el gobierno de Argelia ha realizado reiterados llamados en la Asamblea General y el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas a favor de un alto el fuego permanente y para exigir que el régimen de Tel Aviv detenga su genocidio contra la población palestina y responda por estos crímenes.
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