La decisión fue tomada por la agrupación «La Malvinidad», conocida por su activismo y reflexión en torno a la causa de las Islas Malvinas.
Desde Río Gallegos, Andrés Fernández Cabral, excombatiente de Malvinas e integrante del grupo, explicó en La Bisagra que se emite por Tiempo FM 97.5, las razones detrás de esta decisión: «Somos un grupo de reflexión sobre la causa de Malvinas. A veces tomamos postura y cuando nos llega la invitación a este desfile decidimos no asistir”.
No vamos a asistir ni a rendir honores a un presidente que admira a Margaret Thatcher, que es la asesina de nuestros camaradas en el Belgrano, ni a un presidente que apoya a la OTAN y que da un montón de concesiones a aquellos que son realmente los que apoyaron al Reino Unido durante la guerra de Malvinas», dijo.
Sostuvo que la decisión de «La Malvinidad», como agrupación busca expresar el descontento con el tratamiento y destrato hacia los veteranos de guerra por parte de las autoridades.
“Creo que está usando nuestro trabajo para beneficio propio. Incluso la vicepresidenta que solo reconoce a la casta de los veteranos. No había soldados, sino oficiales en sus reconocimientos”, aclaró.
A pesar de la ausencia en el desfile nacional, Fernández Cabral aclaró que esto no implica una falta de conmemoración del de la Independencia por parte del grupo, quienes sí participarán en actos locales, separando así la patriótica de las discrepancias políticas.
«Rechazamos ser parte de un espectáculo de falso patriotismo», agregó.
“Nosotros no nos vamos a prestar a este juego. Yo, fundamentalmente, he firmado esta cuestión porque no voy a deshonrar a mis camaradas desfilando frente a un tipo que admira a la asesina de nuestros compañeros. Esto no quiere decir que no vamos a participar en los actos locales”, precisó.
Estamos hablando específicamente de ese desfile, en donde además hoy se supo de que han puesto un montón de condiciones a los veteranos que vayan. Por ejemplo, caminar rápido, cuando estamos hablando de veteranos de 75 años; llevar la medalla, llevar el documento, llevar a aquellos que estén en silla de rueda, que sus compañeros lo apuren y que lo empujen. Hay todo un manoseo”, reprochó.
Fernández insistió: “No queremos empeñar el trabajo que hemos hecho durante 42 años. No estoy obligado a ello, por eso no voy”, concluyó.