Por Pedro Rioseco
«Vamos a establecer un sistema de vigilancia revolucionaria colectiva”, anunció Fidel a los enardecidos capitalinos. Están jugando con el pueblo y no saben todavía quién es el pueblo; están jugando con el pueblo y no saben la tremenda fuerza revolucionaria que hay en el pueblo».
Esa misma noche, al término del discurso, nacían los primeros Comités de Defensa de la Revolución (CDR), organización popular por zonas de vivienda que, seis meses después desarticularía a quienes pretendían crear una quinta columna para apoyar la invasión mercenaria en Playa Girón.
Se constituyeron como célula del barrio, de afiliación voluntaria, que canaliza las necesidades del pueblo y la defensa de la obra que iniciaba la Revolución, integrada por mujeres, hombres, jóvenes, ancianos, estudiantes, trabajadores, campesinos, profesionales, intelectuales, jubilados o amas de casa.
A las tareas iniciales de la vigilancia revolucionaria, se fueron sumando otras de interés popular como la educación, el trabajo voluntario, actividades patrióticas, de salud (vacunaciones, donaciones de sangre, etc.); la recogida de materia prima, la protección del medio ambiente y muchas más.
Han pasado ya más de seis décadas y no podría escribirse la historia de la Revolución Cubana sin hacer referencia obligada a la labor de los CDR. Con su activo papel frente a los planes de los que quieren hacer volver atrás las conquistas revolucionarias, la institución se convirtió en la más pujante organización de masas de Cuba.
Es una organización que agrupa a la inmensa mayoría de la población mayor de 14 años que desee trabajar por el beneficio de la comunidad. Se encuentran estructurados en todo el país, tanto en zonas rurales como urbanas partiendo del lugar de residencia, en las ciudades por cuadras o edificios multifamiliares y en el campo a partir de viviendas (caseríos, bateyes).
Es una organización no gubernamental que se autofinancia mediante la cotización de sus miembros. Los dirigentes de cuadras o zonas realizan esta actividad de forma totalmente voluntaria, y todos los cargos en cada Comité son propuestos y elegidos democráticamente por los vecinos.
La estructura de los CDR es por cuadras, zonas, municipios, provincias y nación, reúne en sus 133 mil Comités de base a casi ocho millones de ciudadanos cubanos mayores de 14 años de edad, sin distinguir sexo, raza o religión. Desde el año 2000 su coordinador nacional es el Héroe de la República de Cuba Gerardo Hernández Nordelo.
Además de la vigilancia, sus miembros han jugado un importante papel en la limpieza y embellecimiento del entorno, la siembra de árboles, el fomento de las áreas de autoabastecimiento, los huertos de plantas medicinales y la acuicultura familiar, la recogida de materias primas, así como participan en tareas agrícolas priorizadas como zafras azucareras, tabacaleras o de café.
Aun cuando la pandemia de la Covid-19 obligó a una pausa en sus actividades habituales, a 64 años de su creación, los CDR están vigilantes, activos, pero también con muchos retos por delante y sus millones de miembros constituyen un baluarte inexpugnable, pues como dice su himno: “En cada cuadra un comité, en cada barrio Revolución, cuadra por barrio, barrio por pueblo, país en lucha, Revolución”.