Apenas hay una foto del intercambio entre ambos jefes de Estado y desde la Secretaría de Comunicación de la Presidencia de la República solamente consta que fue una reunión de carácter “amistoso y privado” sobre la cual posteriormente informarán los “puntos autorizados”.
Entre las teorías que circulan en redes sociales está que Noboa, candidato a la reelección, pagó por el encuentro con Trump, ocurrido el pasado sábado en la residencia Mar-a-Lago, en Florida.
Esa suposición la alimenta el hecho de que el Ministerio de Relaciones Exteriores y Movilidad Humana confirmó hace poco que había contratado por 165 mil dólares a una empresa en Estados Unidos de asesoría y cabildeo para conseguir un acercamiento entre ambos presidentes.
La asambleísta electa Annabella Azín, madre de Noboa, señaló en una entrevista radial que el encuentro “no fue una visita oficial”, pero dijo que la visita del mandatario-candidato a Estados Unidos era necesaria, porque ese país es el primer socio comercial de Ecuador.
“Fue una visita para decirle lo que necesitamos, que estamos aquí, que tenemos esta problemática de seguridad tan grande, que necesitamos apoyo, porque es una problemática transnacional, ya no es nacional”, declaró Azín.
Dos días después, ni la cancillería ecuatoriana, ni la Secretaría General de Comunicación, ni tampoco la Casa Blanca han informado sobre los resultados que dejó el encuentro de los mandatarios, ni los temas tratados.
La bancada legislativa del movimiento Revolución Ciudadana (RC), de oposición, exigió información transparente y se preguntó por qué tanto silencio, “la ciudadanía merece saber si este viaje dejó algo más que una foto”.
El bloque parlamentario de la RC emitió un comunicado donde expresan indignación ante el secretismo que rodea el viaje reciente de Daniel Noboa a Estados Unidos y por eso informaron que tomaron acciones de fiscalización, “por sus opacas reuniones en lugares poco convencionales”.
A su vez, la RC cuestionó las afirmaciones de Noboa sobre la salida de Ecuador de la lista de prioridad de deportación en Estados Unidos, pero no hay ningún documento que lo sustente, y los ecuatorianos siguen siendo deportados cada semana, “¿a qué lista se refiere el presidente?”.
Además, consideraron que mientras la provincia costera de Esmeraldas sufre la peor catástrofe ambiental de su historia, tras el derrame de crudo del pasado 13 de marzo, el presidente decidió viajar al país norteño “en lugar de visitar a su propio pueblo devastado”.