El ministro egipcio de Asuntos Exteriores, Badr Abdelatty, hizo estas declaraciones durante una entrevista con Al Jazeera, indicando que El Cairo está en conversaciones con Israel sobre el funcionamiento del cruce de Rafah, al tiempo que subrayó que la postura de Egipto sobre este tema es «clara y firme».
Abdelatty también aclaró que el cruce de Rafah se limitará estrictamente a facilitar la entrega de ayuda humanitaria y la evacuación de casos médicos críticos.
El canciller egipcio enfatizó además la necesidad de desplegar una fuerza internacional de mantenimiento de la paz en la Franja de Gaza para garantizar el cumplimiento del acuerdo de alto el fuego y evitar que Israel reanude sus ofensivas militares.
Al hablar en un panel durante el Foro de Doha, Abdelatty reiteró el rechazo de Egipto a utilizar Rafah como puerta de entrada para el retiro forzoso de palestinos de Gaza.
También pidió a Israel que abra todos los cruces fronterizos para permitir el acceso humanitario sin obstáculos, advirtiendo que las aperturas parciales prolongan el sufrimiento y socavan los esfuerzos de estabilización.
De igual manera volvió a destacar la necesidad de que haya fuerzas internacionales en Gaza, subrayando que su misión se limitaría al mantenimiento de la paz y no a su imposición, y mencionó el interés de los actores internacionales, incluida la Unión Europea, en ayudar con el entrenamiento de las fuerzas policiales palestinas.
A principios de semana, El Cairo rechazó las afirmaciones israelíes de coordinación para reabrir Rafah a los palestinos que buscan abandonar Gaza, desestimando las afirmaciones como inexactas.
Abdelatty señaló además que la primera fase del acuerdo de alto el fuego entre el movimiento de resistencia palestino Hamás e Israel ha producido algunos resultados positivos, pero sigue viéndose socavada por repetidas violaciones israelíes.
También destacó que la segunda fase, que está ligada a la retirada israelí, es esencial para avanzar.
Respecto de la regulación de armas en Gaza, destacó la necesidad de una autoridad palestina unificada para evitar que Israel explote las divisiones internas y reafirmó que ni Egipto ni ningún gobierno extranjero administrará Gaza una vez finalizada la campaña militar de Israel.
También subrayó la necesidad de una fuerza internacional a lo largo de la «línea amarilla» de Gaza, como se describe en el plan de alto el fuego propuesto por el presidente estadounidense Donald Trump.
Un frágil alto el fuego, negociado por Estados Unidos, entró en vigor en Gaza el 10 de octubre. A pesar del acuerdo, las fuerzas israelíes siguen realizando ataques en el territorio asediado.
Según el Ministerio de Salud de Gaza, las violaciones diarias han provocado la muerte de 367 palestinos y heridas a otros 953 desde que entró en vigor el alto el fuego.