Ministros de Asuntos Exteriores de Arabia Saudita, Egipto, Jordania, Emiratos Árabes Unidos, Indonesia, Pakistán, Turquía y Qatar emitieron una declaración en la que advirtieron que las recientes declaraciones israelíes sobre la apertura del cruce de Rafah en una sola dirección constituían un peligroso intento de expulsar a los palestinos de la franja costera hacia Egipto.
Los diplomáticos subrayaron que tal maniobra constituiría un ataque directo a la nacionalidad palestina y una grave violación del derecho internacional.
Los ministros subrayaron que los palestinos debían permanecer en su territorio y calificaron el traslado forzoso de «totalmente inaceptable bajo cualquier circunstancia».
Insistieron en la obligación de la comunidad internacional de prevenir la destrucción demográfica de Gaza, que Tel Aviv ha identificado desde hace tiempo como uno de sus objetivos estratégicos.
La declaración también enfatizó la necesidad de reconstruir Gaza bajo un marco que restablezca la autonomía y la soberanía palestinas, advirtiendo que cualquier política diseñada para debilitar el tejido demográfico de Gaza desestabilizaría a toda la región.
Las ocho naciones pidieron urgentemente un alto el fuego, el fin del sufrimiento de la población civil en el territorio, el acceso humanitario sin restricciones y el inicio inmediato de la recuperación y la reconstrucción.
También destacaron la importancia de restablecer la gobernanza palestina en Gaza.
Los ministros reafirmaron su disposición a intensificar la coordinación con los socios internacionales para implementar la Resolución 2803 del Consejo de Seguridad de la ONU, junto con todas las demás resoluciones que afirman los derechos palestinos.
También hicieron hincapié en el establecimiento de un Estado palestino independiente.