Este llamado se da en el marco de la Cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC), que se desarrolla en Honduras.
A sus 90 años, Mujica reafirma su compromiso inquebrantable con la integración regional, advirtiendo que “la verdadera fuerza está en nuestra capacidad de caminar juntos”.
“Los pueblos son las montañas que sostienen las cumbres”, escribió Mujica, en referencia al protagonismo que debe tener la ciudadanía en los procesos de integración.
Instó a los líderes a superar la retórica vacía y dar pasos concretos hacia la cooperación regional: “La integración es una meta, pero el camino debe llenarse de proyectos viables, solidarios, que mejoren la vida de nuestra gente”.
El exmandatario también recordó su carta de hace dos años al presidente Lula, donde advertía sobre “dos siglos de fracasos” desde el sueño de las repúblicas confederadas. Hoy, reafirma su convicción de que solo mediante el diálogo constante, la voluntad política y una estrategia compartida, América Latina podrá tener un papel relevante en el escenario global.
Mujica subraya que no es necesaria la creación de nuevas instituciones, sino revitalizar las ya existentes con determinación y coherencia. Propone mejorar la comunicación entre líderes, acordar posiciones comunes en foros internacionales y crear símbolos que movilicen emocionalmente a los pueblos.
“Los intelectuales piensan, pero los pueblos se conducen por emociones”, recalcó, haciendo un llamado a poner “razón y corazón” en la causa latinoamericana.
Finalmente, alertó sobre los desafíos que impone el contexto global, desde la dependencia económica hasta la subordinación a normas y protocolos ajenos, y advirtió que la integración no es una cuestión ideológica, sino de “ser o no ser como región”.
Con un tono sereno pero firme, Mujica deja un legado de palabras que interpelan tanto a los líderes actuales como a las nuevas generaciones: “No alcanza con unirnos, debemos caminar juntos”.