En su intervención en la Conferencia de Desarme de la Organización de Naciones Unidas (ONU), el embajador y representante permanente de Irán ante el organismo mundial en Ginebra, Ali Bahreini, condenó enérgicamente las recientes agresiones de Estados Unidos e Israel contra instalaciones nucleares iraníes.

   Dichas agresiones, agregó, además de ser una “flagrante violación de los principios fundamentales del derecho internacional”, constituyen un “golpe al régimen internacional de no proliferación nuclear”.

   Calificó el ataque estadounidense a las instalaciones nucleares de Irán —supervisadas por la agencia Internacional de Energía Atómica (AIEA)— realizado en colaboración con “un régimen criminal equipado con armas atómicas que no es un signatario del Tratado de No Proliferación Nuclear (TNP)”, de “una mancha de vergüenza” para Washington, y advertió que esta acción tendrá “muchas repercusiones para la paz y la seguridad internacionales”.

   Bahreini denunció que pese a su compromiso con el TNP desde 1970, la República Islámica ha sido sometida a “sanciones injustas” y sufrido agresiones militares contra sus instalaciones nucleares. Por tanto, pidió a la ONU, el Consejo de Seguridad y la AIEA que tomen “acciones urgentes y decisivas” ante esta flagrante violación del derecho internacional.

   Enfatizó que la República Islámica “defenderá decisivamente su derecho inherente a la autodefensa ante cualquier agresión y nunca cederá en su derecho inalienable a usar el conocimiento y la energía nuclear con fines pacíficos”.

   En esta reunión, la mayoría de los miembros de la Conferencia de Desarme condenaron las agresiones de Estados Unidos e Israel contra el país persa, y pidieron una solución pacífica para abordar el programa nuclear iraní.