La justificación emitida por el Ejecutivo en la voz de Manuel Adorni se basa en el ahorro del financiamiento, argumentando que el mantenimiento del lugar “implicaba el uso de recursos del Estado para recrear la vida de este terrorista”.
Para algunos, la medida demuestra un marcado sesgo ideológico que desconoce el valor cultural y turístico del espacio cultural y el vínculo entre Guevara y “La Pastera”.
El encargado de la Administración de Parques Nacionales (APN), Cristian Larsen, celebró la decisión argumentando que el Che Guevara nunca fue un modelo a seguir.
Sin embargo, también se convierte en una provocación y acto de negación de la historia argentina, según los defensores del espacio museológico, partiendo de un sesgo ideológico.
El hecho, recuentan en medios locales, se alinea con otras acciones violentas como el reciente derrumbe del monumento a Osvaldo Bayer, en el ingreso a Río Gallegos, justo en la jornada siguiente al Día Nacional de la Memoria, por la Verdad y la Justicia.
La Pastera, ubicada en San Martín de los Andes, Argentina, es un museo dedicado a la vida y legado de Ernesto Che Guevara. El edificio, originalmente un galpón de 1946 utilizado por guardaparques del Parque Nacional Lanín para almacenar pasto, alojó a Guevara y su compañero Alberto Granado durante su viaje en motocicleta por América Latina en 1952.
Inaugurado el 20 de junio de 2008 con la presencia de Aleida Guevara March, hija del Che, el museo fue gestionado por la ATE.
Ofrecía exposiciones sobre la vida del Che, incluyendo objetos personales, fotografías, documentos y materiales audiovisuales, y formaba parte del programa “Caminos del Che”, que promueve sitios históricos relacionados con Guevara en Argentina.
El Museo “La Pastera” es un referente internacional e integra el circuito “Los Caminos del Che en Argentina”, un programa de turismo cultural respaldado por la Secretaría de Turismo de la Nación.