Además del expresidente, aparece como uno de los coordinadores del sistema de espionaje ilegal Carlos Bolsonaro, hijo del exmandatario y que actúa como concejal en la ciudad de Río de Janeiro.
La conclusión se encuentra en el informe final de las investigaciones del caso llamado «Abin Paralela» cuyo contenido fue hecho público por el juez Alexandre de Moraes, del Supremo Tribunal Federal, quien lleva adelante, también, el juicio contra Bolsonaro y una treintena de funcionarios por haber orquestado un golpe de Estado a fines de 2022 para evitar la asunción del presidente Luiz Inácio Lula da Silva.
El informe, de 1.200 páginas, fue remitido por la Policía Federal a la corte suprema, que deberá trasladarlo al fiscal general, Paulo Gonet, encargado de decidir si presenta o no cargos formales contra los acusados.
La estructura paralela de los servicios de inteligencia, dice el informe, vigiló ilegalmente al juez Moraes, al exgobernador de Sao Paulo Joao Doria y al expresidente de la Cámara de Diputados Rodrigo Maia, entre otras personalidades.
«Bolsonaro aparece como el principal destinatario de la información de las acciones clandestinas y de la instrumentalización de la Abin», afirma el informe.
Según la investigación, las acciones clandestinas fueron implementadas durante la gestión del exdirector de Abin, Alexandre Ramagem, quien es imputado en la acción criminal del intento de golpe de Estado.
La Policía Federal también acusó a la actual dirección de la Abin, formada por el director general Luiz Fernando Correa, de intentar obstruir la investigación.
Bolsonaro ya está siendo juzgado por el STF por un supuesto intento de golpe de Estado para permanecer en el poder a pesar de su derrota electoral ante el presidente Luiz Inácio Lula da Silva en 2022.
También será inelegible hasta 2030 por haber cuestionado el sistema de votación sin pruebas.
En un caso aparte, la Policía Federal investigó a Bolsonaro en el caso conocido como «Abin Paralela», que busca determinar si la Abin fue utilizada para difundir desinformación y espiar a opositores e instituciones durante el gobierno del expresidente.
La policía identificó al expresidente como miembro del “núcleo político” de la supuesta red de espionaje, junto a su hijo Carlos, según un informe de investigación divulgado por el ministro del STF, Alexandre de Moraes.
“Este núcleo era responsable de definir los lineamientos estratégicos de la [organización criminal], determinar los blancos de las acciones clandestinas” y “beneficiarse políticamente de las operaciones”, detalla el texto, de más de mil páginas.
Y añade: “Era el centro de decisión y el principal receptor de “ventajas” ilícitas (mantener el poder, atacar a los adversarios)”.
La PF recomendó la acusación de más de 30 personas en el caso. Entre ellos, Carlos Bolsonaro, acusado de los delitos de organización criminal armada e intento de abolición violenta del Estado democrático de derecho.
El expresidente Jair Bolsonaro, quien ya enfrenta estos cargos por liderar el supuesto complot golpista, no fue incluido en esta lista.
Según la PF, entre los espiados había opositores, periodistas y autoridades de los Tres Poderes, como el ministro Alexandre de Moraes, a quien Bolsonaro ha llamado “dictador” en el pasado.
Moraes, responsable de la investigación sobre espionaje ilegal y otros casos que involucran a Bolsonaro, levantó el miércoles la confidencialidad del informe policial.
Los sospechosos supuestamente interceptaron computadoras y teléfonos celulares, incluso utilizando el software espía israelí FirstMile, que permite rastrear la geolocalización de los teléfonos celulares.
La propuesta de acusación también incluye al actual director de la Abin, Luiz Fernando Corrêa, que asumió el cargo durante el gobierno de Lula y es sospechoso de obstaculizar la investigación.
Bolsonaro, de 70 años, podría ser condenado a hasta 40 años de prisión por cargos relacionados con el intento de golpe. Él niega las acusaciones y asegura sentirse “perseguido”. Aunque no es elegible, insiste en que quiere ser candidato en las elecciones de 2026.