viernes 13 de junio de 2025
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Los controles de niños inmigrantes por agentes de Seguridad Nacional siembran el miedo

New York (NYT): Durante más de una década, los menores no acompañados que huyen de las penurias en sus países han viajado al norte desde Centroamérica para cruzar la frontera entre México y Estados Unidos. A muchos se les ha permitido quedarse en Estados Unidos, y el gobierno ha evitado que la mayoría de ellos experimente todo el peso de la aplicación de las leyes de inmigración.

En el gobierno de Donald Trump, cada vez más de esos niños se encuentran cara a cara con agentes federales. De Nueva York a Hawái, los agentes se han presentado sin previo aviso en escuelas, hogares y albergues de inmigrantes para entrevistar a los niños.

El gobierno de Trump ha calificado estas visitas sorpresa como “controles de bienestar” destinados a garantizar que los niños están escolarizados y reciben los cuidados necesarios. Pero los agentes que hacen las visitas no son trabajadores sociales ni especialistas en bienestar infantil, ni inspectores de trabajo ni agentes de ausentismo escolar. Más bien, son agentes que pertenecen principalmente a la unidad de Investigaciones de Seguridad Nacional, un ente especializado del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) que combate el contrabando de drogas y armas, los ciberdelitos y los delitos financieros.

Cuando los agentes federales que buscaban niños llegaron sin previo aviso a dos escuelas primarias de Los Ángeles el mes pasado, fueron rechazados.

“Mi primera pregunta empieza ahí”, dijo el superintendente del Distrito Escolar Unificado de Los Ángeles, Alberto Carvalho, en una conferencia de prensa. “¿Qué interés debería tener un agente de Seguridad Nacional en un alumno de primer curso o de segundo? ¿O en un niño de tercero o cuarto?”.

Desde hace mucho tiempo, los niños que llegan solos a Estados Unidos se enfrentan a riesgos y, a medida que aumentaba su número, crecía la preocupación por su bienestar. La mayoría de los menores viven a salvo con familiares, pero algunos han sido víctimas de traficantes de mano de obra y otros tipos de explotación.

Sin embargo, el uso por parte del gobierno de Trump de investigadores criminales para estos controles ha despertado la ansiedad entre los inmigrantes y ha alarmado a educadores, defensores y abogados, quienes ven las visitas como una táctica para acelerar las deportaciones.

“Estos llamados controles de bienestar en realidad tienen que ver con la aplicación de la ley de inmigración”, dijo Marisa Chumil, del Young Center for Immigrant Children’s Rights, quien los describió como “un pretexto para localizar, interrogar y deportar a niños y familias”.

Tricia McLaughlin, portavoz del Departamento de Seguridad Nacional, dijo que, en el transcurso de estos controles, los agentes han detenido a algunos cuidadores que están en el país de manera ilegal. En los casos en los que no había otros adultos autorizados para cuidar de los niños, los agentes los han puesto al cuidado del gobierno, según McLaughlin, que no especificó cuántos adultos o niños habían sido detenidos como consecuencia de las visitas ni si alguno de ellos había sido deportado.

Las visitas están lideradas por la unidad de investigaciones de Seguridad Nacional pero, al igual que muchos aspectos de las medidas enérgicas del gobierno de Trump contra los inmigrantes, las comprobaciones se están haciendo con la ayuda de otras agencias federales, como el FBI y la Administración para el Control de Drogas.

Lo más preocupante para los críticos de los controles es la implicación de una agencia federal de servicios sociales que hasta ahora operaba con independencia de ICE y de otras entidades policiales. Se trata de la Oficina de Reasentamiento de Refugiados, una división del Departamento de Salud y Servicios Humanos, y tiene la principal responsabilidad legal sobre el bienestar de los menores no acompañados.

La detención y deportación de inmigrantes no ha formado parte de la misión de la agencia de reasentamiento, pero los documentos revisados por The New York Times muestran que esa oficina ha contratado al menos a siete especialistas en detención y deportación en las últimas semanas.

Los menores no acompañados empezaron a llegar a Estados Unidos en cantidades significativas hace aproximadamente una década, procedentes principalmente de Guatemala y Honduras, dos países azotados por altos niveles de pobreza y delincuencia violenta. Con la ayuda de abogados, muchos de estos niños se han ganado el derecho a quedarse en Estados Unidos de manera permanente demostrando que fueron abandonados o perseguidos en sus países de origen.

Unos 800.000 menores no acompañados han sido acogidos en albergues supervisados por la Oficina de Reasentamiento de Refugiados en la última década, lo que ha implicado una enorme presión para la agencia. Cuando las llegadas se dispararon en los últimos años, los niños fueron liberados rápidamente para evitar el hacinamiento y, en algunos casos, no se investigó a fondo a los patrocinadores adultos que firmaron para cuidar a los niños liberados.

Una investigación del Times descubrió que no se prestó atención a las señales de advertencia sobre el destino de los niños, y algunos de ellos fueron contratados ilegalmente para realizar trabajos peligrosos, como limpiar mataderos durante la noche.

El inspector general del Departamento de Seguridad Nacional dijo el pasado mayo que 291.000 menores no acompañados habían desaparecido del radar de la agencia.

Desde que el presidente Trump asumió el cargo en enero, su “zar de la frontera”, Tom Homan, ha hablado de 300.000 menores “desaparecidos”, sugiriendo que podrían ser víctimas del tráfico sexual y la explotación laboral, y exigiendo que se les encuentre.

Los abogados y otros defensores que trabajan con niños inmigrantes no acompañados afirman que los objetivos declarados por el gobierno se ven desmentidos por su historial con los niños inmigrantes. Durante el primer mandato de Trump, miles de niños fueron separados de sus padres en la frontera en un intento de disuadir la migración. Desde que retomó el poder, su gobierno ha tomado otras medidas, como tratar de poner fin a la financiación federal de la representación legal de los inmigrantes menores de edad.

En una comparecencia ante el Congreso este mes, el secretario de Salud y Servicios Humanos, Robert F. Kennedy Jr., dijo que su agencia estaba participando en un intercambio de datos “sin precedentes” con Seguridad Nacional en un esfuerzo por localizar a “cada uno de estos niños”.

Sendukas dijo que los agentes habían realizado visitas no programadas a 21 menores, algunos de tan solo 6 años, que están representados por su organización sin fines de

Mientras tanto, muchos niños ya han perdido a sus abogados, y los estudios han revelado que tienen muchas menos probabilidades de tener éxito en sus casos si carecen de representación legal.

Identificador Sitio web Ecos del Sur
The New York Times (NYT)

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The New York Times es un periódico publicado en la ciudad de Nueva York y que se distribuye en los Estados Unidos y otros países.
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