«Ante la urgente situación en Irán, convocaré mañana a una reunión de emergencia del OIEA», escribió Grossi en X.

El director general afirmó que las autoridades reguladoras del país persa informaron al organismo que no se han detectado niveles anormales de radiación fuera de los sitios nucleares de Fordo, Natanz e Isfahán tras los bombardeos estadounidenses de este sábado.

«De momento, no prevemos consecuencias para la salud de las personas ni del medioambiente fuera de los sitios afectados», declaró, agregando que van a «continuar monitoreando y evaluando la situación».

Según reportes, las fuerzas estadounidenses utilizaron en sus ataques bombarderos estratégicos B-2 para arrojar seis bombas antibúnker GBU-57, de 13.600 kilos, a la planta de Fordo y lanzaron misiles de crucero Tomahawk desde submarinos a los objetivos de Isfahán y Natanz.

Anteriormente, la Organización de Energía Atómica de Irán envió una carta a Grossi, solicitando que investigue los ataques del país norteamericano.

Rusia ha denunciado en repetidas ocasiones que la reciente escalada en Oriente Medio podría conducir a una «catástrofe nuclear a gran escala». Moscú ha condenado más de una vez las acciones israelíes y ha advertido de sus consecuencias aterradoras.

El presidente Vladímir Putin subrayó que Rusia y el OIEA no tienen pruebas de que Irán quiera obtener armas nucleares y que el país persa «tiene derecho a [contar con] un programa para el uso de tecnologías nucleares con fines pacíficos».