Nebenzia inició su discurso defendiendo la legitimidad de la convocatoria, subrayando que Venezuela, como «estado soberano», ha sido objeto de «una presión sin precedentes y amenazas de invasión militar». Según el diplomático, esta situación «ha empeorado por día» debido a las «actividades militares de Estados Unidos», que calificó como «una amenaza directa a la paz y a la seguridad regionales e internacionales».
El núcleo de su argumentación se centró en desmontar la justificación oficial de Washington: la lucha contra los cárteles de la droga. Nebenzia tildó esta narrativa de «propaganda» y la comparó con un guion «perfecto para una película de Hollywood». Para sustentar su postura, esgrimió datos de organismos internacionales: «La Oficina de la ONU contra la Droga y el Delito no incluyó a Venezuela entre los países desde los que se importa la droga a Estados Unidos», afirmó, añadiendo que «el 80 por ciento de la cocaína no pasa en absoluto por ese país».
Nebenzia cuestionó además la existencia misma del «Cártel de los Soles» señalado por Washington como objetivo principal, al destacar su ausencia en los informes del Departamento de Estado de marzo de este año. « ¿Podemos creer entonces que en el Departamento de Estado de Estados Unidos únicamente se hayan enterado de esta amenaza hace apenas unos meses? Es difícil de creer», ironizó.
El representante ruso condenó enérgicamente los ataques estadounidenses que han resultado en el hundimiento de embarcaciones. Los describió como acciones realizadas «según el principio de disparar primero, y luego ver qué pasa», y las calificó de «flagrantes violaciones del derecho internacional y de los derechos humanos». Acusó a Estados Unidos de actuar bajo la «teoría de la excepción estadounidense», una lógica que, según él, permite a Washington hacer «lo que le dé la gana» y que constituye el centro del concepto de un «orden basado en normas» que Rusia «rechaza tajantemente».
Tras desestimar el argumento antidrogas, Nebenzia expuso lo que, a su juicio, es el motivo real de la movilización militar: el derrocamiento del Gobierno constitucional del presidente Nicolás Maduro. «Estamos ante una campaña para ejercer presión militar y psicológica ante el Gobierno de un estado independiente con un objetivo único: derrocar un Gobierno que a Estados Unidos no le gusta», afirmó.
Nebenzia alertó que la comunidad internacional está «a un paso de una agresión militar directa» y urgió a Estados Unidos a «abstenerse de un error irreparable». Un ataque, advirtió, «podría llevar a un deterioro de la situación incontrolada», generando inestabilidad y socavando «la base de la coexistencia pacífica en América Latina», incluida la visión de la CELAC como zona de paz.
En sus conclusiones, Nebenzia hizo un llamamiento a la solidaridad con el pueblo y Gobierno de Venezuela, reafirmando la disposición de Rusia a trabajar con Caracas para «evitar la injerencia en los asuntos internos» del país. Instó a los estados latinoamericanos a «mostrar solidaridad y unidad para defender su identidad y su independencia política», independientemente de sus relaciones bilaterales con Venezuela.
Finalmente, pidió a todos los miembros «responsables» de la comunidad internacional que apoyen el derecho internacional y la Carta de la ONU, y que envíen «un mensaje inequívoco a Washington». Su intervención encontró un eco inmediato en el representante de China, quien tomó la palabra para apoyar la reunión de emergencia y agradecer la alocución de Nebenzia, solidarizándose con la postura ruso-venezolana.