Moscú advirtió sobre los peligros de la acelerada remilitarización japonesa y el vertiginoso aumento del gasto en defensa, considerando estas acciones como un factor desestabilizador que cataliza la escalada de tensiones en la región de Asia-Pacífico.
   La portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores de Rusia, María Zajárova, informó que la postura oficial fue transmitida directamente al embajador japonés en Moscú.
   Durante el encuentro diplomático, la directora del Tercer Departamento de Asia, Liudmila Vorobiova, enfatizó el rechazo del Kremlin a los ejercicios de la fuerza aérea nipo-estadounidense realizados el pasado 10 de diciembre en zonas fronterizas.
   Zajárova subrayó que Rusia señaló sistemáticamente los riesgos que conlleva la política armamentista de Tokio.
   Según la portavoz, el Gobierno japonés impulsó un crecimiento sin precedentes en su presupuesto militar, amparándose en supuestas amenazas externas para justificar un despliegue bélico que Moscú califica de «irresponsable» y provocador.
   La diplomacia rusa denunció que la administración nipona utiliza como pretexto la situación con China, Corea del Norte y la propia Rusia para avanzar en su agenda de defensa.
   Para el Kremlin, este discurso no es más que un escudo retórico que coloca a Japón como un catalizador de la inestabilidad en el noreste de Asia, alterando el equilibrio de seguridad regional.
   Moscú considera que estas maniobras conjuntas con el Pentágono representan una amenaza potencial y directa a su seguridad nacional.
   La cancillería rusa criticó que se realicen este tipo de operaciones de gran escala en áreas de alta sensibilidad geopolítica, lo cual solo profundiza la desconfianza mutua y aleja las posibilidades de un diálogo constructivo en la zona.
   Ante este escenario, la portavoz advirtió que Rusia no permanecerá indiferente ante el asedio militar en sus fronteras orientales.
   Zajárova aseguró que su país tomará las «contramedidas apropiadas» encaminadas a fortalecer su capacidad de defensa, garantizando en todo momento la protección de su integridad territorial y la soberanía frente a presiones externas.
   Finalmente, Rusia hizo un llamado a la parte japonesa para que desista de seguir la estrategia de confrontación impulsada por Washington en la región.
   El Gobierno ruso reiteró que la paz en Asia-Pacífico solo puede lograrse mediante el respeto mutuo y el cese de las provocaciones militares que, lejos de brindar seguridad, aumentan el riesgo de un conflicto de mayores proporciones.