El nombramiento se produjo en medio de una creciente tensión debido a las políticas arancelarias del presidente Trump y las conversaciones sobre el hipotético despliegue de tropas, de ser necesario, en territorio mexicano.
Su llegada no se dio de forma sencilla, sino tras una votación de 49 a 46, que refleja un Senado estrechamente dividido, pero consiguiendo la mayoría necesaria para el alto cargo.
A decir del propio Donald Trump, se espera que la experiencia y la perspicacia diplomática de Johnson desempeñen un papel importante a la hora de navegar el complejo panorama político entre las dos naciones vecinas.
Ronald Johnson sirvió en el Ejército de Estados Unidos, y fue parte de los boinas verdes, donde alcanzó el grado de coronel, y tras retirarse en 1998, trabajó durante más de 20 años para la CIA.
Además, Johnson fue embajador en El Salvador durante el primer mandato del republicano, por lo que se convierte en un hombre muy importante en la diplomacia bilateral.
Según especialistas, el puesto de embajador en México es uno de los más importantes de la diplomacia estadounidense, dado que el país latinoamericano es el mayor socio comercial de Estados Unidos y ambos países comparten la frontera más transitada del mundo.
Así, Johnson asumirá el cargo que está vacante desde la salida de Ken Salazar, quien fue el embajador durante la Administración de Joe Biden y que protagonizó algunos desencuentros con los Gobiernos mexicanos de Andrés Manuel López Obrador y su sucesora, Claudia Sheinbaum.