Durante su entrevista periódica con representantes de los medios de comunicación nacionales, el presidente abordó varios expedientes internacionales, las relaciones de Argelia con sus vecinos y las crisis en algunos países limítrofes.

   A este respecto, el presidente subrayó que Argelia había ayudado considerablemente a los hermanos malienses a superar la crisis en su país y que seguía dispuesta a hacerlo si así se lo solicitaba, recordando que Malí vive una situación de inestabilidad entre el norte y el sur desde 1960.

   Y añadió: «Argelia rechaza categóricamente cualquier injerencia en los asuntos internos de los Estados, ya sea en Malí, Níger, Burkina Faso o Libia», afirmando la disposición de Argelia a prestar su apoyo a estos países, incluidos «nuestros hermanos libios».

   Al ser consultado sobre las amenazas potenciales que estas crisis podrían representar para Argelia, el presidente de la República tranquilizó afirmando que «las fronteras del país están protegidas y no hay ningún problema», destacando la gran experiencia de Argelia en la lucha contra el terrorismo.

   El presidente reafirmó también la posición constante de Argelia a favor de las causas palestina y saharaui.

   En cuanto a los principios de la política exterior de Argelia, el presidente de la República afirmó que «Argelia sigue siendo fiel al principio de no alineamiento», al que adhirió en 1955, señalando que «todo el mundo se pregunta cuál es el secreto de las buenas relaciones que Argelia mantiene con Estados Unidos, Rusia y China».

   Respecto a las relaciones de Argelia con la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (ASEAN), a cuyo Tratado de Amistad y Cooperación se adhirió recientemente, explicó que Argelia mantiene buenas relaciones con todos los países asiáticos, como Malasia e Indonesia, con los que tiene intercambios comerciales.