Trump agregó que este proyecto comenzará con dos barcos, que serán construidos «inmediatamente». Estos se transformarán en diez y finalmente en 20 o 25 y serán bautizados como los buques de guerra clase Trump. «Negociaremos con algunas de las empresas que gestionan astilleros marinos», dijo este lunes en rueda de prensa, y ha agregado que la próxima semana se reunirá con los contratistas principales de Defensa.
Así lo ha dicho el mandatario desde su residencia de Mar-a-Lago junto a los secretarios de Defensa (Pete Hegseth), Estado (Marco Rubio) y la Armada (John Phelan). «¿Por qué no hacemos barcos como los que solíamos construir? Llevamos desde 1994 sin hacerlo», dijo Trump durante su intervención, en la que comparó la fuerza naval de Estados Unidos con la de China.
Los buques clase Trump serán, según ha prometido, «los más rápidos, los más grandes y superarán 100 veces en potencia a cualquier acorazado jamás construido». «Inspirarán miedo en nuestros enemigos», añadió Trump señalando que destinará 26.000 millones de dólares (unos 22.100 millones de euros) a la construcción de estos buques, entre los que se incluyen tres portaaeronaves y dos nuevos tipos de buque de guerra de gran tonelaje.
El propio Phelan había anunciado la intención de la Administración Trump de construir una Flota Dorada. «Vamos a invertir en la piedra angular del poder naval de Estados Unidos, en portaaeronaves, destructores, anfibios y submarinos, pero también necesitamos nuevos buques», dijo Phelan el pasado 7 de diciembre. En concreto mencionó una «nueva fragata con diseño estadounidense y capacidades flexibles a medida de las necesidades de nuestros combatientes».
Trump hizo este anuncio en medio de la escalada de tensión en el Caribe, donde Washington mantiene desplegado en los últimos meses un gran operativo militar con la justificación de combatir el narcotráfico que opera en la región. Esto ha incluido una serie de bombardeos en el sur del Caribe y el Pacífico oriental contra alrededores de dos docenas de supuestas narcolanchas, provocando la muerte de al menos 95 de sus tripulantes.
El presidente estadounidense aseguró la semana pasada en su cuenta de Truth Social que Venezuela «está rodeada» por «la armada más grande jamás reunida en la historia de Suramérica» y que la conmoción será como nunca antes hasta que «devuelvan todo el petróleo, las tierras y otros activos que robaron previamente» a Estados Unidos.