El Pontífice espera que todos los rehenes vuelvan a casa y que la ayuda humanitaria llegue pronto a la Franja. Por último, calificó de «gesto de gran esperanza» la liberación de los detenidos en Cuba.
Después de tanto dolor, después de las oraciones, después de las invocaciones a María, Reina de la Paz, Francisco en el Ángelus expresó su gratitud a quienes trabajaron para lograr el alto el fuego en Gaza, que entró en vigor hace pocas horas.
«Expreso mi gratitud a todos los mediadores. Es un hermoso trabajo de mediación para que haya paz. Gracias a los mediadores. Y gracias también a todas las partes implicadas por este importante resultado. Espero que lo acordado sea inmediatamente respetado por las partes y que todos los rehenes puedan por fin volver a casa y reencontrarse con sus seres queridos. Rezo mucho por ellos y por sus familias».
También manifestó la preocupación por las muchas familias de Gaza en apuros, que han sufrido hambre, la pérdida de seres queridos y las difíciles condiciones que inevitablemente conlleva la guerra.
«Espero que toda la ayuda humanitaria llegue más rápidamente y en mayor cantidad a la población de Gaza, que la necesita con tanta urgencia».
Dos Estados: «Tanto israelíes como palestinos -dijo Francisco- necesitan signos claros de esperanza».
«Espero que las autoridades políticas de ambos, con la ayuda de la comunidad internacional, puedan alcanzar la solución adecuada para los dos Estados. Todos pueden decir sí al diálogo, sí a la reconciliación, sí a la paz. Recemos todos por ello: diálogo, reconciliación, paz».